Otoño
Otoño, una estación triste y gris...
así nos lo han hecho ver,
pero mis ojos amigos lo ven como debe ser.
Otoño, la estación dorada con lluvias y vientos,
los árboles visten de gala sus copas
de dorado claro, de dorado intenso.
Las hojas contentas bailan una danza
que la trae la lluvia al compás del viento.
Hojas enrojecidas por el canto de la lluvia,
embellecen el silencio de las sombras claroscuras.
Arboleda de oro, en un principio
que luego te enciendes en color pupúreo,
y tus bellas hojas se las lleva el viento.
Antes de caerse se visten de oro,
lucen elegantes profundo contento.
con dorado oscuro libre como el viento.
Estación de otoño, rica en sentimientos
nos traes ricos frutos,
bellos como el oro, maduros y buenos.
Uvas que relucen, de rojo, de fuego,
entre pámpanos tornasolados de dorado intenso.
El viento y la lluvia desnudan el bosque
cae fuerte la lluvia, fuerte sopla el viento
y sin darme cuenta sigo caminando
por este sendero de color de fuego.
Las hojas contentas bailan una danza
que la trae la lluvia al compás del viento.
Caminando por el dorado sendero
se acabó la fiesta, comienza el trabajo,
con tiempo lluvioso y colores rojos
como el manso fuego,
con calles mojadas.
brillantes de gozo disfrutamos de ti otoño,
esperando el frío del próximo invierno.
Chelo Álvarez.
Otoño, una estación triste y gris...
así nos lo han hecho ver,
pero mis ojos amigos lo ven como debe ser.
Otoño, la estación dorada con lluvias y vientos,
los árboles visten de gala sus copas
de dorado claro, de dorado intenso.
Las hojas contentas bailan una danza
que la trae la lluvia al compás del viento.
Hojas enrojecidas por el canto de la lluvia,
embellecen el silencio de las sombras claroscuras.
Arboleda de oro, en un principio
que luego te enciendes en color pupúreo,
y tus bellas hojas se las lleva el viento.
Antes de caerse se visten de oro,
lucen elegantes profundo contento.
con dorado oscuro libre como el viento.
Estación de otoño, rica en sentimientos
nos traes ricos frutos,
bellos como el oro, maduros y buenos.
Uvas que relucen, de rojo, de fuego,
entre pámpanos tornasolados de dorado intenso.
El viento y la lluvia desnudan el bosque
cae fuerte la lluvia, fuerte sopla el viento
y sin darme cuenta sigo caminando
por este sendero de color de fuego.
Las hojas contentas bailan una danza
que la trae la lluvia al compás del viento.
Caminando por el dorado sendero
se acabó la fiesta, comienza el trabajo,
con tiempo lluvioso y colores rojos
como el manso fuego,
con calles mojadas.
brillantes de gozo disfrutamos de ti otoño,
esperando el frío del próximo invierno.
Chelo Álvarez.