Anoche mamá, yo noté tus manos,
manos de ternura, manos de cariño,
manos amorosas, con olor a rosas, blancas como armiño
fue tanta la dicha que sentí en mi alma
que quise sentirlas en la noche oscura y en la madrugada.
manos de ternura, manos de cariño,
manos amorosas, con olor a rosas, blancas como armiño
fue tanta la dicha que sentí en mi alma
que quise sentirlas en la noche oscura y en la madrugada.
Yo estaba dormida,
y tu me mirabas, con tanta ternura,
como un ángel bello con sus suaves alas.
que cuando te rozan
parece que cantan una bella nana.
Rebosantes tus manos del más grande amor
noté tus suaves caricias,
que me recorrían cual hilos de seda,
con gran esplendor.
Tocaste mamá muy suave en mi cara,
sentí tu dulzura, sentí tu mirada
tan dentro de mi,
que me la guardé dentro de mi alma,
Tu voz tan melosa me llegaba cálida,
como suave brisa en la madrugada.
Cantaste bajito ese dulce nana
que siempre cantabas,
cuando yo dormía cerca de tu cama.
Besaste mi frente, besaste mi cara
con mucha ternura en tus labios grana.
Mi sedoso pelo también lo trenzabas
con bucles dorados cercando mi cara.
Mis ojos dormidos ya se despertaron
al sentir tu aliento, al darme tu abrazo..
con ansia y anhelo
quisieron tocarte mis trémulas manos.
Pero no pudieron…
tu hermosa silueta no estaba a mi lado,
fue un bonito sueño,
quisiera otra vez volver a soñarlo.
Quisiera tenerte madre, siempre aquí a mi lado,
¡tocarte la cara, palpar tu sonrisa,
tocar tus pestañas, mirarte a los ojos
cantar a tu oído suave melodía
y seguir soñando que no llega el día.
Chelo Álvarez.
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